Nos resulta grato este mostrarlo para ayuda de otros pacientes y sirva de guía a otros muchos pacientes para que nos aporten sus experiencias para aliviar cuadros que otras personas padecen a pesar de seguir correctamente los protocolos de tratamiento habituales en nuestra medicina convencional.
En esta y en otras ocasiones conseguimos unas mejorías notables en patologías crónicas sin necesidad de medicamentos y mejorando la calidad de vida y la salud general.
Soy peluquero desde hace 35 años. Hace 24 años tuve una neuralgia del trigémino en el lado izquierdo, que en la actualidad en situaciones de estrés siempre aparece, llevo 3 años con CEPAP, estoy operado tres veces de garganta, con úvulo plastia y velo del paladar reducido por láser.
Debido a mi trabajo las contracturas en el cuello son frecuentes así como estrés, hipertensión, dolores de cabeza, de brazos y manos que las cuales tengo operadas y la izquierda en tres ocasiones, una de un tumor de células gigantes y dos veces en 7 meses del síndrome del túnel carpiano.
Cansado de tantas molestias y de fármacos decidí ir a un osteópata, Javier Santos Sánchez, el cual me recomendó que primero debería de consultar con un medico estomatólogo por que mi problema estaba en la mandíbula.
Asistí a la consulta del Dr. Pedro Ángel Moreno Cabello y tras realizarme unas pruebas efectivamente necesitaba tratamiento para el CAT que me diagnosticó.
Una vez puesto la moldura definitiva (RFA) ha sido como un “subidón”, ya no tengo tantas molestias en los brazos, cuando tenia que mover el cuello al conducir antes era una pesadilla porque me tenía que mover el cuerpo entero y ahora solo giro la cabeza.
Así como el estrés que ya no me afecta tanto por que no aprieto los dientes y estoy más relajado.
Bueno y una cosa importante estoy bajando de peso porque al llevar el tratamiento para el CAT que es un aparato dentro de la boca, no pizco entre comidas bebo mucha mas agua. Me encuentro más ágil.
En la última 3ª visita al doctor, me ha infiltrado en todas las cicatrices de mi cuerpo, en boca, manos, garganta, paladar… en ese momento me encontré mucho mejor, llevaba la mano inflamada y note como se reducía y mejoraba la movilidad, la cabeza me flotaba y tenía una sensación de bienestar, me dijo que en las próximas horas notaria otros efectos y no tenían por que ser buenos.